martes, 8 de enero de 2013

La lota

Este artilugio tiene la facultad de ayudarnos a limpiar nuestras narices.

               Imagen: Pedro Alonso Ibáñez
 Modo de empleo
      Llenamos el recipiente con agua tibia salada, si no tenemos medidor con una cucharadita de sal, de las de café, rasa es suficiente. En la pila del lavabo nos inclinamos y metemos el extremo de la lota por una de los orificios. Giramos la cabeza inclinados como estamos de modo que la solución salina salga por el otro lado. Hemos de respirar por la boca mientras dejamos pasar la solución salina y evitar que llegue a la boca. Primero un orificio y luego el otro. Es una operación que puede llevar apenas 5 minutos como mucho en las primeras veces.


    Si estamos resfriados nos habremos de limpiar mínimo dos veces al día, al levantarnos y al acostarnos. Si no estamos resfriados este hábito nos aliviará de las partículas de contaminación y de polvo que pueden taponar los conductos. Si tenemos alergias podremos respirar bien durante un rato largo, cosa que se agradece ¿verdad?
    Si lo que sucede es que los conductos están resecos, por el medio ambiente principalmente, el aire acondicionado sea para refrescar en verano sea por la calefacción, este hábito los hidratará.

    La nariz en la acción de respirar nos conecta con lo externo al inspirar y lo interno al espirar. Al entrar el aire mejor oxigenamos mejor nuestro organismo y soltamos mejor los residuos que se producen derivados de la respiración. Oxigenar mejor significa que nuestro organismo puede cumplir sus funciones de forma óptima y que pensamos con mayor claridad.

    Ayudémonos un poco más a vivir mejor. Encontrarás la lota en herbolarios.