martes, 4 de junio de 2013

Las Leyes o Principios Universales Espirituales

    El diccionario de la Real Academia de la Lengua Española dice así del vocablo LEY: Regla y norma constante e invariable de las cosas, nacida de la causa primera o de las cualidades y condiciones de las mismas.
    Estas leyes o principios espirituales los experimentamos aún cuando no sepamos cómo sucede o ignoremos que existen, aún así, dichas leyes se cumplen. Las Leyes o Principios Universales Espirituales son siete y su conocimiento nos ayuda vivir mejor, pues sabiendo cuáles son sabemos a qué atenernos según sea nuestra conducta. Así, hay 7 Principios Universales o Leyes Espirituales que gobiernan la vida y su conocimiento facilita nuestra experiencia vital.

    
    El principio de MENTALISMO: todo es mente. Así tú piensas así sucede. Es así de simple, con todas las implicaciones que se derivan. Hemos de cambiar los pensamientos destructivos si queremos cambiar nuestro entorno y futuro. De ahí la importancia de vivir el momento presente pues lo único que podemos modificar y eso sucede mediante nuestros pensamientos.
    
    En el principio de CORRESPONDENCIA: toda acción o condición tiene su analogía en todos los demás planos de existencia. Como es arriba es abajo, como es dentro es fuera, en lo pequeño está lo grande. Así el pequeño detalle que cambiamos en un área se cambia otras, y lo que observamos en nuestro entorno, en las personas que conocemos es lo que tenemos en nuestro interior. Es lo que nos da pistas de la situación en la que nos encontramos al darnos cuenta de lo que vemos en lo pequeño o en el otro, lo que ocurre a gran escala o en nosotros.
    
    El de VIBRACIÓN nos hace saber que todo está en movimiento, todo vibra, sea de baja vibración - la ira, la depresión, la tristeza, la decepción, o de alta vibración - el amor, la alegría-.
    
    El de POLARIDAD dice: todo es dual, tiene dos polos, todo tiene su opuesto, los semejantes y los antagónicos son lo mismo. Los opuestos son idénticos en su naturaleza pero diferentes en grado. Los extremos se tocan.
     
    Con la ley de RITMO conocemos que todo asciende y desciende, como las olas del mar van y vienen, también las estaciones del año. Ya se sabe: hay un tiempo para sembrar y un tiempo para cosechar, un tiempo de sueño al que sigue un tiempo de vigilia.
     
    La ley de CAUSA Y EFECTO o de karma, todo conlleva consecuencias. Todo lo que hacemos, sentimos, pensamos tiene consecuencias. Y lo que no hacemos también. La casualidad no existe, existe la causalidad, o sea las causas de nuestros pensamientos y acciones. Revisa como vives porque, por ejemplo, si robas, aunque sea un bolígrafo, te robarán a ti, si no algo material, oportunidades. Todo lo que va vuelve.

    El principio de GENERACIÓN, todo tiene cualidad femenina y masculina. En el Plano Físico, esta ley se reconoce, se manifiesta o se deja ver, por la diferencia de los sexos. En los planos más elevados, la ley toma formas elevadas, en los que cada ser contiene en sí mismo los dos elementos del Principio.


    Este conocimiento nos da una ruta a seguir sin infligir o añadir daño a nosotros o a los demás. Es sencillo pero lo abarca todo, la revisión es continua, de tal manera que al principio puede parecer, sobre todo con la de Mentalismo y la Causa y efecto, que no acabamos nunca. Pero es sólo el principio, hasta que nos acostumbramos a pensar de forma correcta con las ideas que queremos construir en nuestra vida y cada vez generaremos menos efectos negativos y más efectos constructivos.

    Como se ve, en la vida se hace imprescindible meditar pues es en esos momentos en los que saltan las situaciones que podemos cambiar. Estas situaciones saltan en forma de pensamientos tales como proyecciones, recuerdos, proyectos, incomodidades físicas como picores, dolor respiración agitada, mandíbula prieta, posición encorvada...