miércoles, 18 de mayo de 2011

Sobre Reiki

    La palabra Reiki viene del japonés y viene a significar energía universal, prana para los hindúes, chi para los chinos. Nosotros no tenemos una única palabra para describir el flujo de vida que nos “hace funcionar”. Este flujo de energía es siempre saludable, es la bocanada de aire fresco, un chapuzón durante el calor del verano, un sueño reparador.
    
     Cuando me preguntan qué es el Reiki, no sé cómo responder.  Y es que es difícil trasmitir que una persona puede mejorar tu salud por la imposición de sus manos en tu cuerpo. Para algunas personas esta explicación sobrepasa cualquier expectativa. Y resulta que es la más sencilla. Esto sucede de manera sencilla, sin alharacas, sin disfraces ni aspavientos, a través de la vida espiritual que pueda generar el terapeuta de reiki. Es muy importante recordar que los terapeutas de reiki no sanamos a nadie, sino que despertamos la capacidad de conservar y generar buena salud que cada uno de nosotros ya posee en su interior. No es nuestra energía la que utilizamos sino la energía universal. Lo que hacemos es canalizar esa energía, que entra por nuestro chacra corona, y pasa a través de nuestras manos. Cuanto más nos conectamos con reiki, sea a través de la meditación específica para ello sea por autotratamiento o tratamiento a los demás, más firme y ancho es el canal, y las sanaciones en las que participamos son más efectivas.

    Todo el mundo que quiera puede iniciarse en reiki. 

   Las personas que pudieran estar abiertas a iniciarse en reiki han de saber que es un modo de vida, que por supuesto no se impone, aunque, si la motivación es de corazón, genuina, se anhela. Reiki ayuda y promueve los cambios saludables en tu vida y en la vida de los seres que te rodean. Suena bien ¿verdad? Supone perseverancia. No se avanza como, cuando y en lo que tú quieres. Tu personalidad no marca el ritmo.
    

    La palabra reiki viene a significar “corriente de vida”, y es la que nos pone por delante los temas con los que hemos de lidiar. Generalmente no nos educan para conocernos a nosotros mismos, a compartir, a ceder protagonismo, a apreciar el bien común por encima del personal, a perdonar… Con la práctica del reiki son este tipo de “asuntos” los que primero salen a la luz para ser transmutados y poder ayudar a los demás con más eficacia.  Esto no puede conducirnos al pesimismo, muy al contrario. Mi mayor alegría es poder decir que todo pasa, todo cambia, a su ritmo, sí. Un ritmo que es el tuyo, personal, sin comparación alguna. Se inicia un proceso de concienciación que tanta falta nos hace a todos, a cada uno desde el punto donde está. Cuanto más reiki te das y das a los demás, más se expande tu conciencia, y con ello tu potencia, y puedes ayudar más y mejor.  
    
    Las dudas que puedan asaltarte también eran las mías. Pero si sientes la llamada  puedo decirte que sólo con la práctica llega el conocimiento, no sólo con la iniciación de los diferentes niveles. La práctica es la que nos da resultados en los tratamientos.
    Si lo que deseas es recibir reiki, entrevístate primero con el terapeuta, si es que no lo conoces ya, y decide después. Estar iniciado en cualquiera de los niveles, incluido el de maestría, no otorga más capacidad si no hay práctica continuada y revisión personal profunda por parte del terapeuta.