Vida y muerte parecen dos caras de la misma moneda y sin embargo solo puedes morir si estás vivo. Si vives morirás algún día. La Vida lo abarca todo y la muerte es un paso, una transición de un estado a otro. La muerte es el cambio de estar con cuerpo a estar sin cuerpo.
Si estás leyendo esto es porque estás vivo, aunque no tengas cuerpo. Te habrás colocado al lado de alguien con cuerpo que se haya conectado a internet y haya abierto mi blog, por ejemplo desde el Facebook. Quizás querrás que el alma con cuerpo que manipula el ordenador, que puede que sea tu madre, tu hermano, tu pareja, tu amigo, un ser querido en definitiva, sepa que sigues con vida, que estás cerca y que tienes un mensaje. Puede que el mensaje sea
que se preocupe menos,
que esté menos triste,
que la vida no se acaba,
que le perdonas,
que sientes mucho aquello que sucedió y que ahora sabes que nada de eso importa,
que es libre para decidir,
que es libre para actuar,
que existe el perdón,
que desde donde te comunicas se ve todo muy claro,
que vuestra conexión trasciende cualquier límite de tiempo y espacio,
que sientes orgullo por el ser maravilloso y perfecto que es,
que ha sido un honor coincidir en esta vida,
que a la Tierra vienen a encarnar las almas valientes,
que la densidad aturulla pero es menos real que la Eternidad,
que cultive la Fe.
Puede que quieras decir a ese ser amado que el amor es lo único que importa,
que el Amor es lo único real.
