viernes, 8 de julio de 2016

Los mensajes del agua, Dr. Masaru Emoto

 El Dr. Masaru Emoto tuvo una idea genial:  congelar y después fotografiar moléculas de agua que habían sido expuestas a ldiferentes vibraciones como músicas y cantos, palabras escritas, de manantiales de agua pura, de ríos en zonas con alta contaminación..., para ver si esas memorias permanecían registradas en el agua. No es algo nuevo, esto lo publicó hace ya algunos años en su libro Los mensajes del agua



   A mí me parece una idea genial porque es una forma de hacer palpable lo que el entorno, las palabras y el sonido pueden afectarnos., puesto que todo es vibración. De este modo podemos comprobar que el agua queda cargada saludablemente si la vibración a la que la exponemos es alta y que generará enfermedad si la exponemos a vibraciones bajas.




    Como humanos somos alrededor del 80 % agua. Nuestro planeta Tierra se compone de ¾ partes de agua. Podemos responsabilizarnos y aportar salud al planeta a la par que nos sanamos. Nosotros somos ese recipiente que podemos cargar de vibraciones saludables si así lo decidimos. Detengamos el diálogo interno negativo, limpiemos nuestra mente y sustituyámoslo por pensamientos constructivos, amables, llenos de consideración pues los pensamientos son ondas y también impregnan tanto nuestro cuerpo como nuestro entorno. Así contribuiremos a sanarnos siempre que nos demos cuenta de lo que pensamos y sentimos y decidamos cambiarlo a mejor. Está claro que nos ayuda beber agua tratada con altas vibraciones, sea esta agua diamantina, tratada con reiki, con color, con sonido, terapia floral o mineral..., y ese efecto se expande y acelera si lo acompañamos con nuestra actitud, y al contrario, si necesitamos un empujón con la actitud el agua tratada nos lo dará.



      También podemos observar de qué modo hablamos a las personas que amamos y amémosles verdaderamente, pensemos en ellas y sobre ellas con amor, amabilidad y hablémosles del modo en que nos gustaría que ellas nos hablaran y pensaran en nosotros.



Porque ya sabes que lo envías es lo que recibes ¿no?