viernes, 6 de mayo de 2011

Reflexología Podal


    Los orígenes de la reflexología podal hemos de buscarlos en nuestros antepasados (chinos e indios americanos, según distintas fuentes de información) y se basa en que todo nuestro cuerpo está reflejado en el pie, la mayoría de nuestros órganos, más concretamente en las plantas, en puntos localizados. 

     
    Las diferentes técnicas de masaje para cada punto específico despiertan o tranquilizan la actividad de cada órgano, ajustando el equilibrio y aportando armonía a nuestra actividad vital, no sólo física si no también mental y psicológica. Tratar los puntos reflejos del pie hace que resuene todo nuestro cuerpo, de los pies a la cabeza. Es una invitación a que cada una de las células que hace que seamos nosotros, funcione de la mejor manera.

    
    Los beneficios de estos tratamientos van desde una mayor tranquilidad mental a solucionar el estreñimiento, de mejorar digestiones pesadas a aumentar las defensas de nuestro organismo, resuelve la retención de líquidos y por eso mismo regula la tensión arterial. Activa la circulación sanguínea, linfática y energética llevando mejor movilidad a las articulaciones, incluidas las vertebrales. Mejora el insomnio, aumenta las defensas, desintoxica. Colabora mejorando los síntomas de cualquier patología.


    Mediante el masajeo del pie se induce un estado de relajación profunda que permite que nuestro organismo, como un todo, ejecute los cambios necesarios para restablecer el equilibrio vital.

    Porque la mente influye en el organismo y el organismo influye en la mente, podemos apreciar cómo una digestión pesada, con gases, reflujo, ardores,…, no permite pensar con claridad. Por el contrario sucede que la tensión, emocional y mental, hace que las digestiones sean de lo más molestas.

    
    Los efectos son palpables en la mayoría de los casos en la primera sesión, aunque hay personas que necesitan algunas más para constatar la mejoría, depende de lo intoxicado que llegue a estar el cuerpo. Algunos medicamentos, muchos años de malos hábitos o condiciones ambientales adversas empeoran nuestra capacidad de respuesta. Si el tratamiento es completo, diez sesiones, los efectos son de larga duración. ¿Cómo lo sé? Porque las personas a las que he tratado que tenían el sistema inmune debilitado han logrado resistir por muchos meses, y hasta más de un año, sin un solo resfriado.

     La conexión que existe entre el tratamiento realizado y los efectos derivados del mismo pasan desapercibidos en muchos casos, quizás porque resulta asombroso que masajeando puntos específicos en los pies se produzcan mejoras o por falta de atención o por incredulidad o quizás porque nos sentimos con derecho a disfrutar de buena salud a pesar de que a veces no ponemos de nuestra parte.