martes, 27 de septiembre de 2011

Beneficios de la meditación

    La meditación es una invitación a relacionarnos con nosotros mismos, es un tiempo, o espacio, que podemos tomarnos para saber cómo estamos, qué sentimos respecto a lo que nos pasa en la vida y cómo podemos afrontarlo desde y para nosotros. Es un retiro momentáneo, fantástico si es diario. Es pensar en nada concreto o por el contrario en algo muy concreto. Puedes quedarte quieto o moverte. Sentarte tranquilamente en un sitio de tu agrado o salir a pasear y observar qué es lo que viene a la mente, qué es lo que te provoca el entorno. Quizás descubras una conexión, inesperada pero muy fructífera, de lo que ves con tus ojos en ese momento y algún pensamiento o sentimiento recurrente.
    También hay meditaciones dinámicas con el propósito de que aflore el subconsciente. En la meditación libre, la llamo así porque dejas que asome lo que en la vida diaria no hay tiempo o intimidad para integrar, puedes ir al ritmo de tu vida. Si eliges meditar en un tema concreto es porque hay algo, que te persigue,  te pisa los talones y te hace tropezar, y quieres llegar al fondo del asunto para tenerlo claro la próxima vez que se presente la ocasión. Conocerás tus sentimientos al respecto, podrás integrarlos y establecer un plan para seguir adelante. 
    La vida que llevamos es ajetreada y llena de ideas preconcebidas, pensamientos que pueden ser de un grupo social pero quizás no son tus ideas. No las has elaborado tú, para ti, en exclusiva. Quieres cambios positivos en tu vida, cambios que te hagan sentir mejor, pero no tienes a mano las respuestas nuevas a las cuestiones que quieres cambiar. La meditación es una poderosa herramienta para que surjan ideas nuevas de afrontar el día a día y para dejar atrás el pasado, lo obsoleto. Para ir quitando capas de cebolla y llegar al núcleo de nuestro ser. Si en la meditación surgen incomodidades y sentimientos negativos, es hora de recoger los frutos, tienes una pista que te conducirá al bienestar. Sigue el hilo de Ariadna para salir del Laberinto. Eso no quiere decir que si tienes una meditación llena de paz y bienestar debas estar rebuscando lo negativo  ¡hacen mucha falta momentos así! ¡Disfrútala!
    Te diría que si estás acostumbrado a meditar y hace tiempo que estás tan a gusto una meditación con otra, sí busques qué es lo que evitas afrontar.
     Para meditar sólo hace falta que tengas ganas de estar contigo mismo, lo demás es accesorio. Si no tienes hábito de meditar dicen que lo mejor es que te pongas siempre a la misma hora en el mismo sitio. Quizás porque vivas en una ciudad o porque seas rebelde o por los requerimientos familiares eso a ti no te funcione. Se pueden utilizar los trayectos en transporte público o andando del trabajo a casa, o cuando recoges la cocina, o cuando te duchas, o justo al despertar o justo antes de dormir. Permítete que la paz mental o el conflicto por resolver lleguen a ti, cuando sea.