martes, 6 de noviembre de 2012

Despertar


Imagen: Pedro Alonso Ibáñez
                                                                                                                                                                         
  O tomar conciencia.

    Quizás pensemos que tomamos conciencia una vez, que despertamos una vez y ya está. Que de un modo automático se está consciente. Estar consciente es cotidiano y para nada automático. Hay que activarlo continuamente. No es como cuando despertamos por la mañana y seguimos hasta el final del día, con más o menos gracia ¡claro! 
Desde luego, puede que haya días que ni con el café.
    Puede suceder que estemos conscientes sólo de algunas partes de nosotros mismos y que otras estén absolutamente cerradas a cualquier estímulo. Hay temas que no queremos oír, ni ver, ni oler y, por supuesto, que no nos toque. Esto último sucede, que nos toque en forma de enfermedad, accidente o similar, si no abrimos los sentidos.

    Nuestro ser interno nos está llamando para activar esas partes de nosotros que están dormidas y disfrutar de todas las posibilidades que nos ofrece la vida. La posibilidad de vivir con menos penuria las cuestiones de cada uno a las que estamos dormidos está ya en nosotros: 

SOLO HEMOS DE DESPERTAR.

Imagen: Pedro Alonso Ibáñez