Como humanos somos alrededor del 80 % agua. Nuestro planeta Tierra se compone de ¾ partes de agua. Podemos responsabilizarnos y aportar salud al planeta a la par que nos sanamos. Nosotros somos ese recipiente que podemos cargar de vibraciones saludables si así lo decidimos. Detengamos el diálogo interno negativo, limpiemos nuestra mente y sustituyámoslo por pensamientos constructivos, amables, llenos de consideración pues los pensamientos son ondas y también impregnan tanto nuestro cuerpo como nuestro entorno. Así contribuiremos a sanarnos siempre que nos demos cuenta de lo que pensamos y sentimos y decidamos cambiarlo a mejor. Está claro que nos ayuda beber agua tratada con altas vibraciones, sea esta agua diamantina, tratada con reiki, con color, con sonido, terapia floral o mineral..., y ese efecto se expande y acelera si lo acompañamos con nuestra actitud, y al contrario, si necesitamos un empujón con la actitud el agua tratada nos lo dará.
También podemos observar de qué modo hablamos a las personas que amamos y amémosles verdaderamente, pensemos en ellas y sobre ellas con amor, amabilidad y hablémosles del modo en que nos gustaría que ellas nos hablaran y pensaran en nosotros.
Porque ya sabes que lo envías es lo que recibes ¿no?