Ayer me lancé a publicar uno de mis diálogos. Pasé un poquito de tensión con las interactuaciones porque algunas personas pensaron que se trataba de compartir un mal momento y, aunque es cierto que en las crisis no se pasa bien, esa no era la intención.
No busco compasión, ni solidaridad, busco aportar claridad, fuerza, porque de esos episodios se sale reforzado si ponemos voluntad. Yo lo hago sola pero habrán personas que necesiten ayuda, necesiten un cable, también notar que en eso no son únicas.
Busco que el que lo lea conecte con su Ser. Es mi intención y puede que no sirva para ellos porque para mí sí ha servido: he estado más tranquila, he dormido mejor, he estado más activa.
Para crear estas entradas dejo de estar escondida -en mi casa o quedando con alguien-. Una puede esconderse a la vista de todos, utilizando camuflaje con las apariencias físicas, con la verborrea mental, en silencio cómplice, para no parecer rara, distinta.
Este mecanismo de defensa ya no funciona, ahora, lo que me mantenía a salvo ahora me perjudica.
Y a mi niña interior le gusta ¡y mucho! que quite capas, quite máscaras, que muestre quien soy.
Algunos lo "saben" pero no lo comprenden, menos lo que implica, y eso tampoco importa, ya no. Alguno lo "supo" y lo pisoteó por placer. Y, de nuevo, ya no tiene importancia.